Leyendo la Palabra de Dios diariamente nos ayuda a ganar la obra del Espíritu Santo, entender más verdades y conocer en profundidad a Dios, dejando que nuestra vida espiritual pueda crecer gradualmente y nuestra relación con Dios se vuelva más íntima.
Devocionales cristianos | El carácter de Dios: La alegría de Dios
Dios es un Dios real y vivo, y también tiene alegría, ira, tristeza y felicidad en Su carácter, entonces ¿para qué es Su alegría?
Dios dice: “La alegría de Dios se debe a la existencia y surgimiento de la justicia y la luz; a la destrucción de la oscuridad y la maldad. Él se deleita en haber traído luz y buena vida a la humanidad; Su alegría es una alegría justa, un símbolo de la existencia de todo lo que es positivo, y, aún más, un símbolo de buenos auspicios”.
“Cuando el Señor Jesús fue bautizado y comenzó oficialmente Su obra de cumplir Su ministerio, el corazón de Dios se desbordó de gozo porque después de muchos años de espera y preparación, podía vestir finalmente la carne de un hombre normal y dar inicio a Su nueva obra en la forma de un hombre de carne y hueso que las personas podrían ver y tocar. Podría hablar por fin cara a cara y con franqueza con personas a través de la identidad de un hombre. Dios podría estar por fin cara a cara con la humanidad en lenguaje humano, de una manera humana; podría proveer para el hombre, ilustrarlo y ayudarle usando el lenguaje humano; podría comer en la misma mesa y vivir en el mismo espacio con él. También podría ver seres humanos, cosas, y todo de la manera en que lo hacían los hombres e incluso a través de sus propios ojos. [...] Ese comienzo fue la primera vez que Dios sintió una especie de consuelo en Su obra en medio de la humanidad. Todos estos acontecimientos eran muy prácticos y naturales, y el consuelo que Dios sintió muy auténtico. Para el hombre, cada vez que una etapa nueva de la obra de Dios se cumple, y cada vez que Él se siente gratificado, es cuando la humanidad puede acercarse más a Él, y cuando las personas se acercan más a la salvación. Para Dios, esta es también la lanzadera de Su nueva obra, cuando Su plan de gestión progresa un paso más adelante, y, además, cuando Su voluntad se acerca al cumplimiento completo. Para la humanidad, la llegada de tal oportunidad es afortunada, y muy buena; para todos aquellos que esperan la salvación de Dios, son noticias trascendentales. Cuando Él lleva a cabo una nueva etapa de la obra, tiene un nuevo comienzo, y cuando esta nueva obra y este nuevo comienzo se lanzan e introducen en medio de la humanidad es cuando el desenlace de esta etapa de la obra ya ha sido determinado, y cumplido, y Dios ha visto sus efectos y frutos finales. Este momento también es cuando estos efectos hacen que Dios se sienta satisfecho, y Su corazón, por supuesto, está feliz”.
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